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“El niño que tenía un pueblo”: El Mejor Cortometraje de la 19ª Edición del Festival de Cine Ovalle

El cortometraje montepatrino ya ha sido presentada en Italia, India, Colombia, Republica Checa, entre otros países. 

La pieza “El niño que tenía un pueblo”, dirigido por Maximiliano Vial, se destacó en el reciente Festival de Cine de Ovalle al llevarse el premio al Mejor Cortometraje. La obra, que también cuenta con el reconocimiento del municipio de Monte Patria, se centra en la vida de Luis, un niño años que vine en la localidad de Pampa Grande, ubicada en el interior de Monte Patria.

Pese a que Maximiliano Vial migró de la comuna cuando era pequeño, ha mantenido un fuerte vínculo con la localidad, visitándola en diversas ocasiones. Es por esto que, al recibir el premio, Vial expresó su deseo de devolverle al pueblo todo lo que este le brindó en su infancia.

“Este documental nace a finales del 2018, como una respuesta a todo lo que me dio Pampa Grande durante mi vida. Eso me ha hecho la persona que soy ahora, y desde ese punto empecé a reflexionar sobre ciertas cosas que no pasaban en otros lugares, o eran situaciones excepcionales. Luis es el único niño de ese pueblo y tiene que buscar formas de entretención que no sean con amigos, porque no hay más niños, y seguramente él no es el único niño en todo el mundo que esté o haya pasado por lo mismo”.

El director, recientemente egresado de la escuela de Cine y TV, logró plasmar la realidad del protagonista, explorando la soledad del niño que, al ser el único de su edad en el pueblo, encuentra en la naturaleza su principal compañía.

El documental sigue a Luis en su rutina diaria, desde levantarse temprano para llegar puntual a clases, hasta el momento en que se acuesta por la noche. La narrativa captura la cotidianidad del pequeño, proporcionando una perspectiva intima de su vida, la que puede resonar con niños que enfrentar situaciones similares alrededor del mundo, ya sea por vivir en entornos rurales o por estar aislados de la vida tradicional.

Maximiliano describió cómo fue el proceso creativo, destacando el modus operandi para que el público se sumerja en la vida del protagonista. “Luego de 5 días de rodaje, aproximadamente, nos levantamos muy temprano para ser fiel a la rutina que Luis sigue, él vive en un pueblo al interior y necesita levantarse temprano para tomar el bus para ir a la escuela. Ese proceso para mí era muy importante, a veces nos quejamos que tenemos que levantarnos a las 7 o a las 6:30 para ir al colegio o al trabajo, cuando hay niños de 10 años que se levantan a las 4 o 5 para ir al colegio y poder estudiar. Es un sacrificio enorme, es una voluntad gigante que yo quería representar”.

Al mismo tiempo Vial se refirió a la felicidad que significa para él, que la pieza haya recorrido el mundo. “ Trabajamos en el documental cerca de 2 años y medio para poder llegar al resultado final que vemos hoy y que es el que me enorgullece decir, se ha mostrado en distintas partes del mundo traspasando las barreras que yo quería traspasar y llegando a la gente que ha podido lograr identificarse con este porque no es algo que solo ocurre en Pampa Grande sino que en todo el mundo”.

“El niño que tenía un pueblo”, no solo erige un testimonio de la vida de Luis en la remota Pampa Grande, sino también como un puente emocional que conecta a audiencias globales con la singularidad y la universalidad de  experiencias infantiles en entornos rurales.

En esta 19ª versión del Festival de Cine de Ovalle, se premió al documental como Mejor Cortometraje dentro de los nominados y Luis Flores, quien fue su protagonista y durante el rodaje tenía 13 años, detalló cómo fue ser parte del documental. “Es algo que no puedo expresar, siento orgullo y felicidad de haber llegado donde estamos, agradezco al director y al equipo poder mostrar todo el sacrificio que tienen que hacer las familias para que sus hijos puedan estudiar”.

Destacando también el valor que se le dio a su cotidianidad. “No esperaba que algo que se grabó sin preparar nada, eso es lo que yo hago diariamente cuando voy al colegio, esa es mi vida. No se agregó o quitó nada, es mi realidad y la realidad del campo. Estoy muy orgulloso y es increíble que la vida de uno representa a muchos niños en todo el mundo”.

La obra de Maximiliano Vial, reconocida en festivales tanto a nivel nacional como internacional, destacó por trascender barreras geográficas y culturales. Este logro no solo honró al director y al protagonista, sino que también destaca la importancia de dar voz a las realidades menos exploradas, invitando a la reflexión sobre la diversidad de las infancias alrededor del mundo.

 

 

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