Cuarto Capitulo Entrevista a Mirtha Gallardo, presidenta de la Asociación Gremial de Comunidades Agrícolas de la provincia del Limarí, lideresa social de altos ideales socioambientales, su trabajo comienza en la década de los 80 representando al nuestro mundo rural.
Las comunidades agrícolas son una institución que data de la época de la colonia, hay 188 en Chile, 178 pertenecen a la región de Coquimbo, y 117 a la provincia del Limarí. Representan a uno de los sectores más empobrecidos y de menores ingresos del país, a pesar de ser co-propietarios de grandes extensiones de terreno, hoy afectados por la desertificación y por la falta de políticas públicas que las potencien. Para representar a este sector, Mirtha comienza sus días muy temprano, no existen fines de semana, de lunes a viernes está en la Casa del Comunero en calle Santiago 248, y además se desplaza para actividades que requieren la representación campesina por toda la región.
Cuenta que cada día se hace más difícil vivir en la ruralidad, nuevos habitantes compiten con el campesinado histórico, por los instrumentos de fomento, dificultando aún más la subsistencia.
A: ¿De dónde nace tu vocación, Mirtha?
M: Tiene que ver primero con mis padres, que a muy corta edad conversaban con nosotros, nos decían la realidad que se vivía, yo con 10 años, para 11, mi padre trabajaba en el mineral Andina, de Codelco y un día bajó sus animales, preparó sus mulares para pasar a la gente para Argentina, porque veía que el golpe venía, y así se la llevó muchos años trasladando gente para que no fuera matada. Mi mamá por otro lado, venía de la pequeña agricultura, de Samo Bajo, se hizo cargo de muchos hermanos y me daba pan amasado para llevarle a la gente que vivía en el sector el Panul, donde pudimos conversar con muchas personas en cómo ellos estaban siendo perseguidos simplemente por ser dirigentes campesinos, por estar luchando por mejores condiciones para las personas, por el derecho al agua y la tierra. Mi papá falleció hace poco más de un año y siempre me dijo, lo que dignifica a una persona es que pueda tener su pedacito de tierra donde vivir y producir sus alimentos y tener sus animales, porque uno campesino no se concibe tener solo animales de mascota, tiene que ir a rodear sus animales al cerro, ir a Andacollo como lo hacemos los manderos, vamos a ver a la virgencita de la montaña el primer domingo de octubre y para la navidad… a ese tipo de animales nos referimos, no a las canchas de carreras, sino que a esos que hemos tenido toda la vida, que nos dan sustento. Mi mamá decía que las cabras eran más que el banco del estado, una vez que se soltaban los cabritos ella daba una repasada a las ubres porque eso significaba que el quesito podía salir más grande y dar nuestro sustento mientras mi papá pasaba gente por la cordillera, por los pasos que yo creo que el solamente sabía.
Mirtha cuenta que desde el 2005 muchos campesinos se reunieron en Juntas (Monte Patria), al alero del PRODECOP, que se aplicó en tres regiones del país, y en esa oportunidad definieron que el campesino es aquel que y vive y trabaja, junto a su familia… llueve, somos pequeños agricultores, está buena la mar, pescadores artesanales, ta bueno el cobre, pirquineros, mineros, también le colocamos valor agregado a nuestras cosas y las podemos vender, que los huesillos, la harina tostada, el trigo, un sin fin de actividades que nosotros hacemos, o sea no somos como nos tipifica el estado de Chile, no vienen los ingresos de una sola parte, vivir en la ruralidad, aunque ha cambiado mucho, uno hecha mano a lo que tiene, se convida con el resto de la familia, son lujos que todavía nos podemos dar, y la dirigencia lucha por condiciones y calidad de vida, conectividad, antes de regalar un computador en 7° básico, vean si el niño tiene conectividad.
Ahora hay una escuela de dirigentes para menores de 40 años, para que haya una generación de recambio, porque mientras no haya calidad de vida en la ruralidad se va a seguir luchando, porque nunca se nos ha regalado nada.
A: ¿Qué es para tí el agua, Mirtha?
M: El agua es la vida, no se tranza, no se mendiga, debiera ser accesible, hoy no lo es, en el caso de las comunidades agrícolas, tenemos una ley que dice que las aguas que nacen, corren y mueren, son del propietario, pero qué hace el estado de Chile, es vulnerar ese derecho, y obliga a inscribirlo y ahí estamos en una lucha, que no pueden gobiernos de turno quitarnos un derecho ganado en el año 93. Hoy hay una violación de derecho a todas las personas que se les acarrea el agua en camión aljibes, porque la OMS establece que se deben entregar 100 litros por persona, también lo dice la ONU, y Chile no cumple. Mi organización le planteó a varios parlamentarios y la diputada Nathalie Castillo, hizo la pega, lo planteó en el Congreso, salió una ley en el congreso por unanimidad que a las personas que reciben agua por acarreo se le entreguen 100 litros diarios por persona, pero qué dijo el presidente Boric cuando vino a la región, ya me sale caro entregar 50 litros, voy a evaluar… aquí hay una vulneración, no hay nada que evaluar. Ese poquito de agua que le llevan a veces cada 20 días, se tiene que lavar por presas, después se lava la ropa, después para las plantitas, inclusive dudamos que sea potabilizada, porque por más que lavamos bien lavadas las tinas, al cuarto día el agua ya tiene gusanos, eso no pasa con un agua potabilizada. Nosotros trabajamos con el anterior delegado presidencial que además de entregar el agua se entregara un recipiente con condiciones, pero cambiaron a la autoridad y hasta ahí no más quedaron las gestiones, pero seguimos en cada instancia que tenemos, para que se cumpla y respete la ley.
A: Yo pienso en las comunidades “agrícolas”, con 50 o 100 litros de agua, una persona no puede hacer agricultura… ¿en qué situación están las comunidades agrícolas con respecto al agua?
M: Las comunidades cuando se constituyeron, se constituyeron donde había gente que estaba viviendo, y donde todas pusieron en clasificación número 8 sus terrenos, y se les puso agrícola de una manera estratégica para el saneamiento, pero efectivamente no es que su terreno fuera tan imposible de hacerlos productivos, porque lindamos con terrenos que exportan frutos a otros países y son la misma calidad de muchas comunidades agrícolas. Hay que democratizar la gobernanza de las organizaciones de usuarios de agua, donde el pequeño usuario sea un regante un voto y no como está, pero no quieren cambiar… En el caso de las comunidades agrícolas, hay una invisibilización del estado de Chile, nosotros hemos pedido que nos muestren la ley que dice que no pueden trabajar en una comunidad agrícola, porque a la hora de donar terreno, regalar terreno, sí estamos legalmente habilitados, pero no para recibir inversión y queremos conocer la ley para avanzar con los parlamentarios.
Pese a que trabajan en planificación, entregan tierra a los sin tierra, pero siguen en abandono, por eso hoy hay un desangramiento de las comunidades agrícolas, vemos que se opta por la segregación de terrenos viendo los comuneros como una opción la venta de parcelas de agrado para buscarse remedios, para pagar deudas, para tener mejores condiciones de vida, pero no para lucrar. Otras comunidades están con algunos recursos en sus arcas porque han pasado diferentes líneas de electrificación de alta tensión y han sufrido expropiaciones impuestas, como fue Transelec, Centella, Inter Chile, don Goyo, y el Estado autoriza pase por donde pase, y la que nos tiene más complicados es Kimal Lo Aguirre, la que viene por la cordillera media hacia arriba, o sea si ya tienen una zona de sacrificio que es la costa, cuál es la razón de irse por la cordillera media. La comunidad agrícola de El Divisadero por ejemplo no quiere que pase porque está afectando a la familia, generan impactos nefastos, es un exceso de calor, no crece pasto debajo y la servidumbre es de hasta 200 metros de ancho… va cambiando cada vez más, primero eran 6 cables, ya va en 14, porque van a poner las antenas celulares, 5 G, toda la conectividad y ahora hay involucradas otras comunidades que no pasa la servidumbre original. En la Coipa, por ejemplo, la empresa está pidiendo 7 hectáreas de terreno, pedacitos en distintos lotes, y están pagando 10 millones por hectárea, a perpetuidad y diciendo que están obligados a dar servidumbre, para qué es eso. Hay mucha desinformación, sin saber si van a intervenir quebradas, hacer pozos, y hay más comunidades en donde no pasa la línea y también las están haciendo firmar, y los seremi de energía que ha habido en la región han estado muy al debe, el estado no tiene una planificación del territorio. En la tercera región los Core se reunieron y exigieron cambiar el trazado, pero aquí las autoridades están muy atrás.
A:¿y sobre el agua, Mirtha?
M: Pareciera que hay como dos naciones, los que tienen el agua y los que no. Si bien ocupamos el 25% del territorio de la región de Coquimbo, poseemos menos del 0,01% de las aguas superficiales. Y de las aguas subterránea que afloran con las represas y las vertientes, nos exigen regularizarlas y además la DGA está haciendo el catastro público de aguas, y necesitamos más plazo, porque hay total desconocimiento, hay más plazo para los usuarios de INDAP, siendo que los demás estamos más abandonados, no podremos en abril de 2025 tener los derechos regularizados, no están hechas las posesiones efectivas, hay trámites largos que realizar. Se suponía que esto se tenía que revisar en el trabajo de cuenca, porque las cuencas pasan por las comunidades agrícolas. Yo creo que somos un actor incómodo, porque participando de un consejo de cuenca vamos a decir que el agua nunca debió separarse de la tierra, que debemos tener acceso todos, debieran respetarse las tejas, los resúmenes, pero las juntas de vigilancia, la CNR, están revistiendo los canales para que no se infiltre el agua, y así no queda cauce ecológico.
Cuando nació nuestra organización en 1989, don Nicolás Acuña dijo que la próxima guerra va a ser por el agua.
A: ¿Crees que el problema es que no hay agua o que está mal distribuida?
M: Una vez yo estuve en una charla con el embajador de Israel, que decía: a ustedes les sobra el agua, su problema es la distribución y el acceso. Por mi comunidad de Canelilla pasa un canal que ahora va lleno de agua, pero quién puede sacar, los accionistas, el resto la podemos mirar, ni siguiera podemos sacar con una manguera porque el celador pasa una multa. Mi comunidad es yo creo que en el país la que más trilla a yegua suelta hace, pero con siembra de rulo, no podemos usar el agua del canal. Mis niños cuando chicos me decían, mamá parece que usted es media floja porque acá todo seco y allá verdecitos los paltos. Quien tiene el agua puede hacer lo que quiere porque no hay planificación del territorio rural, porque las aguas se siguen tranzando en el mercado.
A: ¿Qué soluciones ven ustedes?
M: Hay que seguir luchando para que las desaladoras no entren a los embalses, que sea solución para la costa, y como hacemos una jornada para democratizar las organizaciones de usuarios de agua y que los pequeños accionistas también tengan derecho, se hagan valer. El tema está en las desaladoras y participar de la gobernanza de las desaladoras, no podemos mirar desde afuera.
A: ¿y otro tipo de medidas?
M: Las comunidades nacen en 1985 en el Choapa, en 1989 en Limarí en 1990 en Elqui y en 1991 la Federación Nacional de Comunidades Agrícolas, y nacimos al alero de esfuerzos de reforestación, con CONAF, el PNUD, el Banco Mundial, y en Salala, Canela, Alcones, se hicieron obras, y hoy lo que es el manejo sustentable de la tierra de Combarbalá continúa ese proceso. Esta es una tarea de todos, día a día, minuto a minuto, estar atentos a quienes elegimos, debemos saber elegir a las personas que van a llevar nuestros destinos, tiene que ser gente que conozca.
A: Siempre estamos esperando que los sucesivos gobiernos nos vengan a resolver, pero qué podemos hacer las comunidades desde sí mismas.
M: Para nosotros el trueque de la semilla, el intercambio de saberes es parte de nuestra esencia, las trillas que hacemos nosotros nos da trigo para los animales, para compartir, para preparar la harina tostada, nosotros ya empezamos la primera trilla el 7 de diciembre en la casa de Alejandra Gallardo, después el 4 de enero en el llano de Canelilla donde don Orlando Castillo Rojas, después el 1 de febrero en casa de Francisco Gallardo Aguilera, en Canelilla, el 8 de febrero lo hago yo en mi casa, y el 15 de febrero en la casa de la señora Bertina Fernández en Canelilla baja, son las fechas que hasta hoy están y falta más gente que se vaya anotando, y es pura siembra de trigo del secano. Para nosotros sigue siendo el agua la parte esencial, sin agua no podría existir el ser humano.